DISFUNCIONES MICCIONALES

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¿Qué son las disfunciones miccionales?

Las disfunciones miccionales  (incontinencia urinaria) son una disfunción del tracto urinario inferior que cursa con la pérdida involuntaria de orina y que genera un problema higiénico o social en las personas que lo padecen.
Puede afectar a cualquier edad,  tipo de raza y sexo, aunque es más frecuente en la mujer, y sobre todo en el embarazo o después del parto.

Constituye una de las patologías con mayor importancia en nuestra sociedad debido a su alto impacto psicológico ( creando depresión y falta de autoestima en el paciente ) , social ( aislando y aumentando la soledad ) y con repercusiones económicas debido a los costes de pañales o incluso cirugías.

Existe una gran relación entre las disfunciones miccionales y las lesiones de los tejidos muscular y conjuntivo del suelo pélvico y de los nervios que lo inervan. Esto puede deberse a que las personas envejecen y las estructuras se debilitan y pierden sus propiedades generando así disfunciones como la incontinencia urinaria.

Otras razones son la incorrecta gestión de las presiones intraabdominales que empujan en exceso a órganos como la vejiga y crean incontinencias urinarias.

Pero la causa más común de las disfunciones miccionales suele deberse a los partos, ya que éstos provocan el arrastre de los órganos pélvicos cuando el bebe sale al exterior o por las complicaciones que pudiesen darse en su salida finalizando con episiotomías o instrumentalización.

 

¿Qué tipo de incontinencias existen ?

La incontinencia urinaria se clasifica, según su sintomatología, en diferentes tipos:

– Incontinencia de Esfuerzo
– Incontinencia de Urgencia
– Vejiga hiperactiva
– Incontinencia mixta
– Existe también la incontinencia en el hombre tras la prostatectomía.

¿Cuáles son las incontinencias que puede tratar la fisioterapia?

La fisioterapia es una disciplina que puede ayudar a solucionar incontinencias urinarias de todo tipo utilizando técnicas manuales, equipos instrumentales tales como el biofeedback o la diatermia e incluso cambiar comportamientos en el paciente en su vida que puedan estar perjudicando la patología.

Sin embargo, habrá que valorar el estado de las diferentes estructuras que ayudan al mecanismo de la continencia para determinar el éxito del tratamiento de la incontinencia urinaria. Para ello el fisioterapeuta de suelo pélvico puede realizar una valoración y explicar al paciente todos los detalles. 

Mecanismo de la micción.

La incontinencia es la pérdida involuntaria de orina que se origina por diferentes causas. Para que exista continencia se necesita que los mecanismos de la micción se realicen de forma correcta y que las estructuras que forman el sistema estén en buenas condiciones, es decir, tejido muscular, conjuntivo y nervioso.  

La vejiga es el órgano encargado de la micción y existen dos estructuras muy importantes para mantener la continencia:  El detrusor y los esfínteres.

El detrusor es el músculo que rodea la vejiga, con forma de bolsa, y es el lugar donde la orina se almacena. El detrusor tiene unos receptores que controlan el llenado de la orina, de tal forma que al llegar a cierto nivel éstos envían un estímulo a nuestro cerebro para informarnos que debemos ir al baño. 

Los esfínteres son músculos, con forma de anillo, que se encuentran justo a la salida del detrusor y su función es la de cerrarlo para que la orina no salga al exterior, es decir, que se contrae para cerrar el espacio y mantener la continencia. 

Cuando la persona va al baño a orinar, el detrusor se contrae y los esfínteres se relajan para dejar que la orina salga. 

Sin embargo para mantener la continencia, es decir la orina, ocurre el fenómeno opuesto:  el detrusor se relaja, se estira y los esfínteres se contraen resistiendo la presión vesical hasta que se produzca un nuevo aviso por los receptores.  

Será muy importante que la presión o contracción que realicen los esfínteres y la presión de la vejiga, ejercida por el llenado de la orina, estén equilibrados. Cualquier alteración en las estructuras que no permite respetar esta situación habrá pérdidas de orina. Es por ello que se producen las incontinencias ante esfuerzos, por debilidad de los esfínteres, o las urgencias cuando el detrusor se contrae. 

Todo este mecanismo está regulado por el sistema nervioso autónomo ( simpático y parasimpático ) y el sistema nervioso voluntario. 

El sistema simpático activa la continencia, contrayendo el esfínter interno y relajando el detrusor. Sin embargo, el sistema parasimpático se activa para dar lugar a la micción contrayendo el detrusor y relajando el esfínter interno. Por ello, existen medicamentos que receta el urólogo para activar e inhibir el sistema que interese y evitar la disfunción del paciente. 

El sistema nervioso voluntario es aquel que activa el esfínter externo de forma voluntaria, a diferencia del autónomo ( que se produce inconscientemente ), por lo que la persona podrá parar la micción de forma voluntaria cuando las circunstancias no le permitan ir al baño en ese momento.

Beneficios del tratamiento de incontinencias con fisioterapia de suelo pélvico.

Los pacientes con disfunciones miccionales obtienen grandes beneficios con los tratamientos de fisioterapia del suelo pélvico, pero se marcarán diferentes objetivos de trabajo según la incontinencia específica que padezca el paciente. Así por ejemplo no se trabaja igual una incontinencia de urgencia, una incontinencia de esfuerzo o un paciente prostatectomizado.

Sin embargo, podemos decir en líneas generales que la fisioterapia de suelo pélvico es beneficioso para:

  • Restablecer las micciones a la normalidad.
  • Aumentar la consciencia corporal y sensibilidad en el periné.
  • Fortalecer los músculos pélvicos y abdominales.
  • Reeducar al paciente para tener buenos hábitos y evitar su disfunción
  • Mejorar la postura y aprender qué movimientos agravan la incontinencia
  • Mejorar la posición de sus órganos pélvicos.
  • Liberar tensiones y mejorar sus adherencias y cicatrices.
  • Calmar sus dolores y molestias. 

Tratamiento fisioterápico de las incontinencias.

Como ya mencionado anteriormente, los objetivos que se marcan en los tratamientos de los paciente con disfunciones miccionales es diferente según el tipo de incontinencia. Sin embargo hay técnicas comunes e incluso el propio paciente puede presentar un cuadro mixto de disfunciones teniendo que realizar un tratamiento más completo.

Una parte del tratamiento estará enfocado a realizar técnicas manuales para tratar las disfunciones miccionales. Es decir maniobras con las propias manos del terapeuta para liberar tensiones, adherencias, cicatrices o puntos gatillos y así aliviar al paciente de molestias y sensaciones de tirantez que en ocasiones puede provocar retracciones y falta de movimiento en el tejido. También se realiza la enseñanza de contraer la musculatura del suelo pélvico o de relajarla y crear mayor consciencia de la zona para poder controlarla.

Ésta se combina con equipamiento, a lo que llamamos tratamiento instrumental en el tratamiento de las disfunciones miccionales, para llegar a los objetivos con mayor éxito. Algunos de los equipos que se utilizan para el tratamiento de las incontinencias son:

→ La diatermia: que mejora el tejido conjuntivo, alivia el dolor, relaja la musculatura y proporciona elasticidad.

→ Los equipos de biofeedback: muestran la contracción de la musculatura del paciente mediante una pantalla y le enseña cómo debe realizar los ejercicios. 

→ La neuromodulación del tibial posterior: modula la actividad del detrusor en los casos de vejiga hiperactiva e incontinencia de urgencia y la relaja. 

→ Los EMS: estimulan el tejido muscular y lo fortalece para tener mayor control en los esfínteres. 

El ejercicio terapéutico en el tratamiento de las incontinencias urinarias es esencial, sobre todo, en las de esfuerzo. Son ejercicios específicos para fortalecer la musculatura profunda y tener mayor control sobre las presiones intraabdominales. Uno de los ejercicios más comunes e importantes son los Hipopresivos. 

Por último, se enseñará al paciente a corregir todos los hábitos de su vida que sean perjudiciales para su disfunción. Es lo que llamamos tratamiento conductual de las disfunciones de esfuerzo. Se controlará la ingesta de agua, la comida, los movimientos perjudiciales, la postura y se mandarán ejercicios para realizar en domicilio. 

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